Un grupo de intelectuales colombianos leían las obras de Freud poco después de su publicación. Uno de ellos fue José Francisco Socarrás, quien en 1929 incluyó la enseñanza de Freud en las facultades de psicología de dos universidades, convirtiéndose así en el primer maestro del psicoanálisis en Colombia. Un año después escribió su tesis “Principios Fundamentales del Psicoanálisis” y en 1946 viajó a Francia con fines de especialización.
Entre muchas otras actividades, tomó parte en los seminarios sobre psiquiatría y psicoanálisis infantil impartidos por Serge Lebovici. En 1950, regresó a Colombia como Miembro de la Sociedad de Psicoanálisis de París y jugó un papel clave en el progreso del psicoanálisis en Colombia hasta su muerte en 1995.
Otra figura destacada para los comienzos y el desarrollo del psicoanálisis en Colombia fue Arturo Lizarazo, quien estudió medicina en Chile, donde se especializó en psiquiatría. Se analizó con el primer psicoanalista chileno, Fernando Allende Navarro y en 1948 regresó a Colombia después de su titulación de la Asociación Chilena de Psicoanálisis. Fue el primero en practicar el psicoanálisis en Colombia y junto a Socarrás divulgó esta ciencia ante un público más amplio. Falleció en 1991.
A comienzos de los años cincuenta, estos dos analistas se unieron con Hernán Quijada, un colega venezolano que trabajó por unos años en Colombia, y con algunos estudiantes para constituir un grupo psicoanalítico.
El 6 de mayo de 1956, celebrando el centenario del nacimiento de Freud, se fundó el Grupo Psicoanalítico Colombiano, el cual fue apadrinado por las sociedades psicoanalíticas de Francia y Chile. Este grupo estaba formado por tres analistas didactas y cuatro estudiantes. En 1957, recibió el reconocimiento de la International Psychoanalytical Association (IPA).
En los años posteriores se integraron al grupo varios psicoanalistas formados en el extranjero: Carlos Plata, educado en Buenos Aires (1958); Guillermo Sánchez Medina, en Madrid y Nueva York (1959); Guillermo Arcila, también en Buenos Aires (1960) y Mauro Torres, en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis (1961).
Estas influencias, de diversos lugares y enfoques teóricos, jugaron un papel muy importante en el desarrollo de nuestra identidad como psicoanalistas colombianos. En 1960, los doctores Ángel y Betty Garma visitaron nuestro país con el fin de impartir una serie de seminarios y supervisiones.
Finalmente, en 1961 el Grupo de Estudios fue reconocido oficialmente por la IPA como Sociedad Componente. Nuestra Sociedad fue sede del Congreso Latino-Americano de Psicoanálisis en 1968.
A partir de los años setenta la Sociedad mostró un crecimiento constante, en comparación con algunas otras sociedades latinoamericanas. De hecho, a nivel internacional Internacionalmente se ha considerado a la Sociedad como un grupo tradicional sólido.
El reconocimiento nos llegó con el nombramiento del Dr. Carlos Plata como Vice-Presidente de la IPA en 1973. Los años setenta también llevaron a una consolidación del trabajo científico, expresión de ello es la publicación ininterrumpida de nuestra revista científica desde 1976.